Esa necesidad.

Después de todo sigo sintiendo tu calor en mí, como ese sofocante sabor que no tiene fin. Tengo derecho a extrañarte, pero digo sin saber cómo gozarte, cómo sentirte, de nuevo cómo ensuciarme en tu dulce cuerpo, cómo volver a juntar nuestras bocas, y sin parar pueda decirte todas estas cosas que hoy sin pensar salen de mi boca, me provocan y vuelvo a asentar que tengo la necesidad de llamarte como aquella vez y volver a caer sobre tus pies, que me puedas poseer y capturar, quisiera no haberte soltado jamás!